4 de febrero de 2013

Cual Emily Rose


¿Y tampoco podemos criticar hombres?
No es que quiera hacerlo puntualmente… ¿pero se acuerdan del Francesito caño? (Comenté mientras seguíamos asandonos al sol).

Bueno, 20 días más tarde de aquel mail de defunción que le mandé… le escribí otro diciéndole que un amigo mío iba a estrenar una obra de teatro de Jean Racine, que es un autor francés muy conocido, que si le interesaba, lo invitaba.
Nunca había hecho una cosa así. Invitar a un pibe cuando desaparece después de una salida y un mail… pero que se yo! Supongo que peor no podía estar. Si no contestaba, mi estado de ánimo seguiría siendo el mismo y si contestaba quizás hasta me sacaba una sonrisa y me obligaba a vestirme un poco.
Un par de días más tarde (tiene Blackberry o sea que el mail le llega al instante, pero él te contesta un par de días más tarde) contestó diciendo que le encantaba la idea. Que me pasaba a buscar y que iríamos a ver la obra.

(Corazón delator: me pasé la tarde cantando Días de enero de Shakira).

Segunda cita: Tenía pensado no hacer ningún comentario sobre su ausencia. Ya está, el pibe estaba ahí, era una segunda salida, lo que le había pasado no importaba y eran todas especulaciones. Me tenía que concentrar en hacer las cosas bien y al mismo tiempo parecer tranquila.

Tocó el timbre y bajé (no puede ser más lindo). Fuimos al teatro, charlamos, me la pasé a un metro del piso y la banda sonora de Amelie que sonaba en mi cabeza completó la escena.  Me acompañó a casa y esta vez lo hice subir.
Exorcizada. Fin de la Era Pedro. Mi cuerpo perdió su inmaculada propiedad. Di el paso: hombre nuevo, cuerpo nuevo. Y yo intacta. Había vuelto a las pistas y me sentaba fantástico.
Aunque tuvo la galantería de hacer toda la pantomima para dormir cucharita yo me negué cordialmente (ese ya es un paso más difícil de exorcizar). Estaba orgullosa de mí, de haber dado tremendo salto al abismo sin analizarlo y haber salido ilesa. Eso es terapia. ¡Qué bien que hago en ir a terapia!
Además, y como plus, dormí como un bebé que duerme bien. Muchas horas seguidas, en un sueño profundo libre de pesadillas y llantos.

Me levanté al mediodía y cual sit com principiante, el Francesito caño ya no estaba en mi cama. Repasé con la mirada mis 24m2 de monoambiente y no lo encontré. La puerta del baño abierta me confirmó que tampoco estaba ahí. Entonces, medio dormida todavía, me levanté y me fui a la cocina. Nada. Ni una taza que registrara su paso por ahí.
Cuando volví, noté que mi pequeño pizarrón de tiza tenía escrita una frase con letra ajena:

CELA AUSI PASSERA

(Ojalá quiera decir: "Fui a comprar facturas").

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

ACIDO MIO Copyright © 2010 Design by Ipietoon Blogger Template Graphic from Enakei