15 de enero de 2013

La Isla Semanario

0 comentarios

- Agustina: Tuve la mejor idea del mundo, ¿o no?
- Yo: Si, totalmente Agus! Te pasaste. Este lugar es increíble. Hay que hacer estas cosas más seguido, boluda. ¿Por qué no hacíamos estas cosas?
- Agustina: Porque vivíamos con dos dromedarios. Y porque éramos dos boludas.
- Yo: Si, tal cual! Prométeme que cuando me vuelva a poner así de naba me vas a avisar, ¿sí? y me vas a recordar que hay vida a los costados… por favor. Me encanta esto, Agus! Tanto verde, tanto río, tanta paz…
- Agustina: Cuando la neurona péndulo hace contacto, Minita, se me ocurren cosas increíbles.

Y tenía razón. Hace poco más de una semana Agustina nos había mandado  un mail a ocho integrantes del grupo solterascasitreina y a mí para proponernos un fin de semana a puro sol. Su idea era alquilar una casita en Delta para echarnos como morsas a recibir el calor del astro mayor y comer. Alcanza y sobra, pensé, y enseguida contesté que sí.
Como nadie se negó, el sábado siguiente partimos en lancha colectivo a nuestro hogar transitorio con parrilla, pileta y muelle, sobre el lujoso Río Capitán.
-          

         - Sofía: Bueno! Tenemos todo… carne, birritas, yo voy a preparar el fuego después, mas tarde. ¿Hacemos   unos mates? Yo no me voy a poner protector sino no me quemo más, son dos días. ¿A quién le tocaba traer las revistas? ¿Quién se quiere tirar desde el muelle?
-              -   Paula: Yo traje frutas, estoy a dieta boluda ¡soy un cerdo! Ponete protector, se te va a caer la cara a pedazos, nena! Yo traje la Semanario, es un horror pero sale dos mangos. Me quiero tirar de bomba, ¿vamos ahora o primero nos tomamos unos mates?

Diez mujeres en ronda, una al lado de la otra, toallas en el piso de cara al sol. Ni un segundo de silencio, imposible e innecesario. Mucho por decir, por contar, por analizar. Diez mujeres totalmente preparadas para hacer de un fin de semana una comunión de feromonas indestructible. Pero hay que organizarse, dijo Agus, y tomó la palabra:

   - Agustina: Bueno, a ver… les propongo algo: Planteémonos este fin de semana como dos días bisagra, así cerramos este año de mierda con un poco de alegría, ¿les parece? Pura energía positiva,  buena onda, tranquilidad… todo amor. ¿Les va?
   - Josefina: Obvio! Yo traje marihuana.
   - Agustina: Bien, puede ayudar… ¿Pero qué les parece si además, a partir de ahora y hasta que volvamos, no  criticamos a ninguna mujer, famosa o no y sólo contamos historias con finales felices?  ¿Qué dicen?

Las dormidas se despabilaron, las acostadas boca arriba giraron sobre su eje, las dueñas de Ray Bans se los sacaron asombradas, y finalmente todas asentimos.

Tarea ardua y complicada teníamos por delante. Pero podía funcionar.

11 de enero de 2013

¿¡Y ahora me lo venís a decir!?

0 comentarios
Había todo un mundo que yo me estaba perdiendo. Un mundo increíble que crecía en paralelo a mi existencia y que realmente desconocía: El del grupo de amigas solteras casitreinta.

Voy a intentar desmenuzarlo:
Este grupo está compuesto por un núcleo, un primer cordón y un segundo cordón.

El núcleo está constituido por tus amigas intimas, esas de toda la vida, y qué, antes o después que una se fueron quedando solteras. Aproximadamente entre los 29 y los 31 años. Sin dejar de ver a las que continúan en pareja, estas solteras casitreinta hacen un poquito rancho aparte sin producir, por ello, resquemores en el grupo inicial.

Luego del núcleo está el primer cordón, digamos, que son las amigas de tus amigas que antes no eran tan amigas pero que se reencontraron en alguna actividad de mujer soltera casitreinta y al estar en parecidas condiciones pasan a formar parte del grupo sin cuestionamiento alguno. El resto, o núcleo inicial, las va recibiendo alegres como un perrito a su dueño, moviendo la cola y sonriendo pícaramente porque una secuaz nueva en el grupo, es motivo de festejo.

El segundo cordón, en cambio, está compuesto por amigas totalmente nuevas. A ellas se las conoce de grandes, como una segunda amistad: las del trabajo, las del postgrado, las del gimnasio, etc. Y son incorporadas por el núcleo o primer cordón sin previo aviso o consentimiento. Es así y punto.

Cuando yo conocí este grupo en manos de Agustina, mi amiga núcleo, lo más maravilloso fue que después de escucharme un rato blasfemiar e insultar al que, a partir de ahora denominaremos El Difunto, me dibujaron  a grandes rasgos el panorama a futuro y la evolución de mi tristeza asegurándome que este mientrastanto valía mucho la pena. Y que, frente a la familia y en el trabajo y hasta amigos en común, yo podía ir llorando carilina en mano, pero dentro de este equipo de rescate, la verdad sería otra.

Estos grupos existen, ajenos al proceder mundano, escondido como una ONG elitista esperando el llamado de rescate. Existen y no son muy difundidos, pero deberían serlo. 
Porque yo, de haber conocido de este preciso accionar, me hubiera tirado a la pileta mucho antes. 

7 de enero de 2013

¿Tienes un e-mail?

0 comentarios
Y entonces me envalentoné.
(Me envalentoné o quise tapar con algún otro fracaso el que ahora estoy viviendo, seamos honestas).

Camino al trabajo pensé que si retomo de alguna forma el contacto con francesito caño, puede que aunque sea por una milésima de segundo olvide la pata de elefante que tengo apoyada en el pecho y asome, aunque sea de costadito, la cabeza para respirar. Y la verdad, sonaba tentador. Asique sin mucho preámbulo y aferrada a un montón de inconsistentes razones sobre mi derecho a mandarle un mail a un tipo que desapareció, me dispuse a escribirle:

"Hola Señor,
Estuve buscando una buena razón por la cual aquella noche no conoció mi departamento,  pero no la encontré. 
Usted?"

Me puse al borde de la pileta, flexioné mis piernas y pegué el salto hacia arriba mientras doblaba mis rodillas sobre mi pecho y mis brazos las abrazaban al grito de BOMBA AL AGUA! Apreté SEND.
Uno o dos segundos más tarde… me arrepentí, como debía ser. Pero ya estaba flotando en el universo de ceros y unos mi carta de defunción con el francesito caño.

Como una especie de castigo - promesa, me fui a hacer unos trámites para el laburo sin el Blackberry, esperando que una horita y media después tuviera  algún nuevo inbox o un asterisco rojo en mi pantalla, pero nada. Nada esa horita y media y nada en todo el resto del día.
-          
       - Y bueno, Minita, quizás lo hiciste porque no tenías nada que perder. Y en definitiva nada perdiste. ¿Qué es un poco de dignidad?-  dijo Ripón con tono desinteresado.

A veces creo que debería tener una analista mujer. 
 

ACIDO MIO Copyright © 2010 Design by Ipietoon Blogger Template Graphic from Enakei