- “Voy a hacer a algo importante”.
Es lo primero que una piensa cuando se
siente desbastada. Voy a hacer alto tan genial, tan grande, tan
magnífico y revelador que:
A). Se va a querer morir cuando se
entere;
B). No voy a tener ni el tiempo ni el
interés para ocuparme de él.
Entonces, desbastada, me dije: "Algo importante como
escribir una novela" (No un cuento, no frases para los
chocolatines... una novela).
Voy a escribir una novela de amor pero muy original, y la voy a ubicar dentro de algún
acontecimiento histórico relevante, para que además de ser romántica sea una novela inteligente, reflexiva y que hable sobre lo difícil de enamorarse en tal época política cuando latinoamérica atravesaba tal o cual cosa, y la voy a terminar
muy agotada, de noche, borrando páginas enteras y tomando vino. Y cuando por fín la haya terminado no me va a gustar como quedó, y voy a cerrar las ventanas de mi departamento y no voy a querer ver a nadie pero mi hermana va a venir a la fuerza y mientras limpia mi casa encuentra la novela y va a pensar que es increíble y que no es para desperdiciar, entonces se
la va a alcanzar a un amigo de un amigo de ella que es editor y al tipo le
va a encantar y me va a llamar en seguida y yo no voy a entender de lo que me dice nada
pero voy a ir igual hasta su oficina (y voy a estar un poco más gorda que ahora, y
desaliñeada, algo aturdida por la falta de sol vida exterior) y me voy
a encontrar con este señor (que by the way es alto bombón) y me va a
decir que firme el contrato que me ofrece esto y lo otro y que
promete que será un éxito y que la editorial me apoya y que en un
mes en las librerías. Y yo voy a tener una razón para levantarme y
ponerme linda y la novela chan! de pronto se traduce en mil idiomas, y de novela a guión
y de guión a película (¿!hacerla pelicula!? Voy a decir- Bueno, si,
claro como no, mientras respeten los personajes, el mensaje que
subyase, la lucha interna de los protagonistas. ¡Que si, que obvio! ¡Y
al cine!) Será Darín y una chica que vaya bien con Darín, y la hará el
último directo canchero del nuevo cine argentino que no va a tener
más de 30 años y seleccionada para los Oscars, y la nueva edición
del libro porque se volvió a agotar, y vamos no más a los Oscars, y
Darín esta vez tampoco quiere ir... y voy yo con el director
canchero (con el que no me ilusiono porque se droga mucho y no sale
del hotel más que para la conferencia de prensa) y el día del
Evento, y Oscar de la Renta que se pelea con Roberto Cavalli para ver
quien me viste, y yo que prefiero uno de las Oreiro porque estoy
divina y entro en uno rojo de las Oreiro con escote corazón... y me
miro al espejo y pienso: qué suerte que no dejé el
gimnasio, pegué lomazo y la Red Carpet y los veo a todos y me
felicitan y me siento en la última fila del Kodak Center donde ponen
a los sudacas que estamos nominados, pero no me importa y llamo a mi
abuela y le cuento que lo ví a George Cloney (¿a quíén nena!?- no
importa abuela, a un bombón) qué suerte, que suerte y los nominados
son...!!! Y salto de la silla y el director canchero me abraza y me
agarra de la mano y me obliga a subir y lloro un poco de los nervios
y otro poco me contengo por lo del rimel y eso, y en Argentina todos
frente al televisor, y en Buenos Aires todos esperando.... y mis
amigos, y mi familia sufriendo pegan el grito, y algunas amigas que
no veo nunca retorciéndose frente a sus plasmas y yo por fin:
gracias, gracias... agradezco a todos, no lo esperaba, no lo puedo
creer, es el resultado de mucho esfuerzo... gracias, gracias, soy muy
feliz. Y mi mamá llora desde su sillón y mi abuela pone mas alto
porque no escuchó nada y mi hermana piensa que ese vestido que me
puse es divino y mi hermano que parezco un gato y mi viejo no dice
nada y mira y sonríe para adentro y Pedro!... Pedro que no
está en casa. Pedro que está en el río, en el medio del río,
remando sonriente... viendo la luna.